Tomando como referencia inicial la obra "Las espigadoras" de Jean-François Millet, Agnès Varda empieza un recorrido por los espacios habitados hoy en día por espigadoras, trasteras, y recolectoras de todo tipo, visibilizando el rol de su mirada como creadora de un documental subjetivo al tiempo que proveyendo de distintos enfoques desde lo estético, lo moral, lo político.
Las espigadoras y yo tiene como entrada la famosa pintura de Millet, que retrata de manera realista a mujeres campesinas recogiendo lo que ha quedado en el campo después de la cosecha. Un trabajo considerado en 1857 por la clase alta como una glorificación humanista de la sociedad rural y de la clase trabajadora, a la vez que una crítica a la pobreza. La ironía implícita que va a guiar el film se encuentra ya presente en esta obra: justamente en el contraste entre la actividad de sobre vivencia y la abundancia excesiva de aquello que se espiga como dato y perspectiva de contraste intencionalmente disturbador.
La reflexión fundamental de este documental parte del término espigar, esto es, tomar todo aquello que sobra y es desechado por no considerarse válido. Varda comienza a seguir el rastro de esa palabra, llevada por pequeños golpes de intuición: en el vertedero en el que las empresas abandonan toneladas de patatas aptas para el consumo que han sido descartadas por la lógica de mercado y quedan ancladas como corazones a medio enterrar. El camionero que perdió a su mujer y a su familia, un abogado en toga que defiende el espigueo -código penal en mano- en medio de un campo de cosecha, el cocinero que busca las hierbas en el campo, el albañil jubilado que construye sus esculturas o la familia que hace una vendimia en un campo olvidado. De ostras a tomates, de juguetes a vendimias; atrapando con una mano los mismos camiones de transporte que son el emblema de la producción capitalista. El recorrido permite una reflexión sobre las leyes del mercado y el derroche de las sociedades consumistas en las que vivimos.
La critica documental corre siempre en paralelo a un modo de aprender a mirar la realidad de manera distinta. Estamos educados para ver lo que vamos a ver de cierta manera y, en cierto modo, somos como esas maquinas que no recogen bien la cosecha. Al percibir las manchas de humedad de su casa como cuadros o al guardar un reloj sin manecillas para frenar el paso del tiempo, Varda últimamente también se convierte en una espigadora con su cámara, recogiendo imágenes y sentidos como una espigadora de lo inmaterial y de lo artístico, recordándonos la urgencia cotidiana por mirar lo que sucede, por darle sentido a lo que pasa, por tratar de conectar los hechos entre sí. Aprendiendo a mirar la vida mas allá de su valor de uso, y dejando en claro la capacidad de las artistas de ver de otro modo y resignificar y transformar la realidad que nos rodea.
"Les glaneurs et la glaneuse"
Escrita y Dirigida por: Agnès Varda
Duración: 82 min, País: France, Idioma: Français
Color, 1.33 : 1, Ciné Tamaris
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=aKgjjEJvMbM
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